Visita de los analistas Irací Galiás y Nairo Vargas

Escuchar una clase de los analistas Irací y Nairo es asistir a una experiencia que como alumno se vive como única. Matrimonio de larga data, cuentan que preparan cada clase juntos y eso se nota en la danza que establecen cuando están frente a la clase. Ella -expresiva con un “portuñol” claro y vivaz- nos lleva a la teoría como a la práctica clínica con una maestría notable. Él generalmente está sentado y acota desde atrás, con una voz profunda y baja. Imposible no estar atentos a cada contrapunto y acotación.

En julio volvieron a Chile, como casi todos los años desde hace una década, entregando y potenciando el desarrollo de la Psicología Analítica en nuestro país.

Primero, dictaron el seminario de Psicopatología III en el Magíster de Psicología Analítica, el que –nos cuenta María Paz Ábalos- “fue un espacio de aprendizaje clínico muy significativo para los alumnos. La capacidad de transmisión pedagógica de Irací y Nairo permite que los conceptos se encarnen. Revisamos trastornos alimentarios; trastorno limítrofe de personalidad; adicciones; trastornos psicosomáticos y el difícil tema del suicidio. La vivencia de los días compartiendo con estos grandes docentes dejó un sentimiento compartido de mucha gratitud por su entrega y pasión por la psicoterapia como camino de ayuda a otros”.

La sabiduría de analistas “más viejos”

Irací y Nairo nos cuentan que es primera vez que dan el Seminario de Alquimia en Chile. En Sao Paulo lo imparten habitualmente y tienen un grupo de estudio hace más de 15 años. Allí miran con detalle la primera parte del libro que presenta una gran cantidad de sueños de clientes que son luego analizados por Jung. “Son sueños que traen toda esta parte más arquetípica profunda, del proceso de individuación, del caminar de la vida entonces son miles de sueños que son analizados. En la reunión una persona lee el sueño o da la visión visual del sueño que Jung publica, y antes de leer lo que Jung pensó, nosotros compartimos lo que pensamos sobre el sueño y hacemos un recorrido y hacemos juntos un ejercicio alquímico simbólico.  Así resulta una lectura muy compleja y profunda, es un intensivo muy grande. Somos un grupo de entre 10 a 12 personas y hace años que no llegamos al medio del libro”, cuenta Irací.

Nairo nos explica que la segunda parte del libro trata sobre la alquimia, que “es una percepción imaginaria y fantasiosa de realidades muy profundas. Los alquimistas expresaban imaginando aquel fenómeno de transformación de la materia y en esas imágenes se estaban procesando su propio inconsciente, su inconsciente más profundo, por eso intuyeron e imaginaron cosas, que parecían absurdas, pero que ahora la ciencia ha demostrado que son verdaderas como es la transformación de un elemento químico en otro.  La idea de que la materia es una y se puede presentar de diferentes formas y que usted puede transformar uranio en otro elemento y que los alquimistas imaginaron esto, la física cuántica, la física moderna, está demostrando que pueden ser realidad”.

¿Cómo diseñaron este primer seminario de alquimia que dieron en Chile? 

Irací: La invitación fue de María Paz fue hacer algo similar a lo que hicimos antes con otra obra muy central de Jung, Símbolos de Transformación, donde dimos todo el libro, en un gran paseo por toda la obra, y así los asistentes pudieron llevarse una visión general y podían leer más lentamente después, porque son textos muy complejos y de tan difícil lectura, que si lo toma un analista junguiano más viejo, que ha leído muchas cosas de su obra, es más fácil después leer la obra.  La invitación era hacer un recorrido por toda la obra toda, no para que se agote, si no para dar una visión general y se pueda profundizar después. Es que son textos tan complejos, a veces uno empieza a leer y entra una confusión y uno no sabe lo que Jung está queriendo decir con esto, porque él se adentra en la experiencia de los alquimistas y lo compara con la simbólica de la religión y va a la psicología y vuelve a la alquimia y uno se pierde. Buscamos hacer un hilo conductor capítulo por capítulo, un resumen de qué cosas Jung quiso apuntar con estos paralelos de su teoría y la alquimia.

¿Qué les ha entregado el estudio de la alquimia en forma personal y a la profesión?

Irací: Trae al analista un enriquecimiento de la visión simbólica fantástica. Si uno se mete al estudio de la obra de Jung o de otros psicólogos como Von Franz, es impresionante porque en el trabajo clínico se ven los sueños de los pacientes con una percepción simbólica mucho más amplia. Así que gracias a la visión de Jung de la Alquimia, hay una amplificación gigante de la visión simbólica de los procesos psicológicos.

¿Cómo han visto al grupo participante de este seminario?

Irací: Te vamos a contar una confidencia: cuando estábamos preparando el seminario yo estuve con una conjuntivitis muy fuerte, entonces no podía leer. Entonces Nairo leía y yo escuchaba y lo preparamos juntos, como suele ocurrir y al ver el tamaño de la tarea… él me preguntó: “¿no crees que estás haciendo una hybris?” Y yo le digo, “pero si tú me dices eso ahora, ¡cómo voy a dar la clase!” Entonces sí, es una tarea un tanto desafiante, es una tarea heroica. Si es para nosotros así, para los alumnos también. Yo creo que es una tarea gigante, tanto para ellos como  para nosotros. Aún no tenemos el comentario de los alumnos… era un grupo más grande y al final quedaban, yo pienso que estaban un poco cansados hacia el final. Pero se les vio muy interesados, muy atentos y hacían muy buenas preguntas.

¿Cómo ha sido este viaje, en este invierno 2017?

Nairo: Es siempre un placer volver a Chile, este grupo es muy acogedor, muy simpático, nos recibe muy bien, entonces siempre venimos para dar clases en la universidad y a veces tiene algún curso para la Sociedad Chilena.

Irací: Para mí es un placer muy grande, tenemos mucho orgullo por la fundación de la SCPA, ha sido una experiencia muy llena de realización.

Nairo: Sí, los fundadores de la SCPA se involucraron mucho en muchas cosas para llevarla a cabo. Ellos se dicen los padres de la sociedad chilena, nosotros decimos que somos los abuelos –ríe-.