André Sassenfeld lanza nuevo libro sobre el espacio hermenéutico

“Desde el punto de vista hermenéutico, un psicoterapeuta analítico es un experto en generar un cierto tipo de conversación”

André Sassenfeld J. es psicólogo clínico de la U. de Chile, magíster en psicología analítica junguiana (U. Adolfo Ibáñez) y actualmente cursa su formación para ser analista. Este enero de 2016 nos entrega su quinto libro “El espacio hermenéutico”, (Sedepsi Ediciones) el que fue presentado por el psicólogo y router Felipe Banderas y que será material de consulta obligado para seguir profundizando en la comprensión del proceso de transformación analítico. Les dejamos con una interesante entrevista con Andrés que los dejará totalmente entusiasmados con la hermenéutica.

 

Con el titulo de libro haces referencia a un cruce entre filosofía y psicología, ¿Cuál es el foco de tu libro en este tema tan amplio?

El libro El espacio hermenéutico explora la significación de la fenomenología y la hermenéutica para las psicoterapias analíticas. Partiendo por el hecho de que Jung entendía su psicología analítica como fenomenológica. Comprender mejor la fenomenología aporta a una comprensión más profunda de la obra de Jung. Aunque este libro no entra en ese detalle, considero que existe sorprendentemente poco estudio de la obra de Jung en relación a la de Heidegger y Gadamer -referentes filosóficos centrales del libro. Para cualquiera familiarizado con la psicología analítica, la afinidad de muchos de sus planteamientos resultará evidente. Por otro lado, en particular las contribuciones de la hermenéutica -que es el estudio de la comprensión y de la interpretación- son fundamentales para las psicoterapias analíticas en cuanto disciplinas que se acercan en términos interpretativos a la psique y sus diversas manifestaciones. Debe entenderse en este contexto el concepto de interpretación en el sentido más amplio posible, incluyendo lo que la psicología analítica denomina elaboración simbólica, y no en un sentido freudiano reduccionista. En cuanto prácticas interpretativas que generan comprensión que transforma la subjetividad, las psicoterapias analíticas no pueden más que beneficiarse de los hallazgos de la hermenéutica.

 

¿Nos podrías explicar brevemente sobre la hermenéutica y la relación que propones con la psicología analítica?

La hermenéutica articulada por Gadamer es una hermenéutica del diálogo, esto es, una hermenéutica que asume que interpretación y comprensión son fenómenos que emergen en el seno de un cierto tipo de conversación. Esto la convierte en especialmente significativa para la práctica de la psicoterapia. Jung lo sabía: como escribe en uno de sus textos, la interpretación de un sueño es un trabajo que solo puede tener lugar de modo profundo en la relación entre dos personas. Además, el arraigamiento de la hermenéutica en la obra temprana de Heidegger quita a los fenómenos de interpretación y comprensión su connotación cognitiva. Se trata, más bien, de experiencias afectivas, relacionales y prácticas que, si son genuinas, transforman a quien las atraviesa. Es más, al igual que en la concepción junguiana, de ser genuina la experiencia hermenéutica transforma a ambos interlocutores involucrados. Ese es otro vínculo esencial con la práctica analítica.

Más allá, en el libro propongo una definición de la naturaleza de las psicoterapias analíticas. Mi acento fenomenológico y hermenéutico se aleja de sus definiciones como disciplina técnica o teórica y las entiende como disciplinas prácticas. ¿Qué quiere decir esto? Que se trata, en esencia, de un saber-hacer. Ser un psicoterapeuta analítico significa, en primer lugar, saber ejercer la psicoterapia analítica. Este punto resulta ser fundamental porque implica un concepto central del libro, la phronesis, un término griego que remite a lo que alguien necesita para llevar a cabo una práctica de modo óptimo. Ha sido traducido como inteligencia práctica, sensatez, prudencia y sabiduría. Esta circunstancia vuelve central la pregunta por la formación analítica. Por otro lado, se vincula muy de cerca con el constante énfasis de Jung en la centralidad de la persona y de la individualidad del terapeuta, además de su énfasis pionero en la necesidad de la psicoterapia personal de los terapeutas.

Agregaría además que la hermenéutica contribuye de manera importante a la psicología analítica al examinar con detención las nociones de sentido y significado, en torno a las cuales en mi opinión giran todas las psicoterapias analíticas. Define, asimismo, una actitud frente a la interpretación que resuena profundamente con los planteamientos de Jung y del psicoanálisis contemporáneo. Desde el punto de vista hermenéutico, un psicoterapeuta analítico es un experto a la hora de generar un cierto tipo de conversación en torno al sentido y significado de la experiencia subjetiva que posibilita la transformación de esta.

 

¿Por qué te interesó este tema?

Es una pregunta compleja. La filosofía me ha interesado siempre. Y con bastante espontaneidad me fui decantando hacia la fenomenología y el existencialismo y, con posterioridad, hacia su desarrollo hacia la hermenéutica. Hace ya más de diez años me encontré con la llamada fenomenología psicoanalítica, una aproximación a la cual pertenece mi querida amiga Donna Orange -que escribió el prefacio al libro-. Allí encontré una posibilidad de empezar a pensar la práctica analítica desde una perspectiva fenomenológica y hermenéutica más sistemática. Esta posibilidad me atrajo poderosamente. El proyecto particular de este libro emergió hace alrededor de 4 años en ese contexto general. Había estado leyendo mucho a Heidegger, Merleau-Ponty y otros fenomenólogos y a través de Donna me interesé en Gadamer y devoré sus escritos y, con posterioridad, me interesé en Lévinas. La primera vez que publiqué un trabajo sobre la relevancia de Gadamer para la psicoterapia creo que fue en 2010, trabajo que se incorporó como apéndice a mi libro Principios clínicos de la psicoterapia relacional. En ese proceso, conocí la obra del fenomenólogo alemán Günter Figal. Ahí encontré la idea del espacio hermenéutico, que me pareció capaz de unir la hermenéutica con mi foco anterior en diversos artículos sobre el sujeto encarnado – la espacialidad implica por necesidad la corporalidad. De a poco, mi proyecto fue tomando más y más forma. La investigación específica para el libro debe haber durado unos dos años y me demoré otro año en escribir el libro. Mi propia experiencia ha sido que conocer la hermenéutica no solo enriquece mucho a los psicoterapeutas, sino que además nos permite comprender mejor qué es lo que en realidad hacemos cuando hacemos psicoterapia analítica.

 

Tu libro es extenso y muy completo, ¿para qué lector está pensado?

Mi intención principal ha sido acercar a los psicoterapeutas la filosofía fenomenológica y hermenéutica. Como relato en la introducción, hay colegas que le temen a la filosofía o que la encuentran muy teórica y poco aplicable. En cierta medida, mi intención ha sido escribir para ellos. En otras palabras, está escrito en primer lugar para quienes no saben de filosofía; de hecho, para leerlo no se requieren conocimientos previos. Sin embargo, creo que también quienes ya disponen de un bagaje filosófico previo podrán encontrar muchas ideas de valor en él. Por lo que me han comentado quienes han mirado este libro y otros de mis escritos, tengo la capacidad de escribir con mucha claridad. Y es eso exactamente lo que he pretendido: escribir un libro claro y comprensible acerca de una temática compleja pero a la vez con un enorme potencial de enriquecimiento para quienes ejercemos la práctica clínica. En efecto, la hermenéutica gira en torno al esfuerzo por darse a entender de tal manera, que el otro nos pueda comprender. Eso he intentado hacer. Espero haberlo logrado en alguna medida! Más allá, cualquiera interesado en la fenomenología y en la hermenéutica podrá a mi parecer beneficiarse de la lectura.

 

Una pregunta que nos hacemos muchos, ¿cómo logras escribir y producir tanto material académico? ¡Cuéntanos la receta!

Jajaja, la verdad es que no tengo receta. Me ayuda bastante mi parte alemana, que es muy disciplinada y perseverante. Por otro lado, lo que me ayuda bastante es que soy capaz de aprovechar muy bien hasta espacios de tiempo breves para avanzar. Más allá, mis actividades docentes universitarias y en diversos grupos de estudio implican mucha preparación, lo que convierte sobre todo la lectura continua en una necesidad y por consiguiente en un hábito. Leo al menos unos cuatro o cinco artículos o capítulos de libro por semana. Creo que, al final, solo he aprendido a aprovechar bien el tiempo, porque los fines de semana no trabajo ni estudio.

 

Después de este libro, ¿tienes otro en carpeta?

Siempre tengo ideas. Estoy ya empezando a trabajar en dos. Tengo ganas de escribir un librito de introducción a la obra de algunos junguianos contemporáneos, como Donald Kalsched, Jean Knox y Joseph Cambray, quizás algún otro. Veremos qué sale de eso. Por otro lado, quiero escribir una introducción al enfoque intersubjetivo que mencioné antes, la fenomenología psicoanalítica, también llamada teoría psicoanalítica de los sistemas Intersubjetivos. En ambos casos, me motiva la idea de volver accesibles ciertas cosas de las que existe muy poco material en español.